
Imaginémonos una pareja Alemana, viviendo en la edad media que descubre que su bebé tiene paladar hendido, parálisis cerebral y espina bífida.
Ahora imaginémonos que una joven pareja Estadounidense viviendo en el siglo XXI descubre,mediante una ecografía, que su bebé tiene esas mismas anomalías.
Los padres de Herman lo cuidaron hasta los siete años, y en el año 1020 lo entregaron al monasterio Benedicto de Reichenau, donde se encargaron de su crianza y educación.
Situado a orillas del lago de Constanza, se esperaba que el lugar fuera ideal para la salud de Herman, pero también para su desarrollo intelectual. El Abad Berno, el monje que dirigía la comunidad, acogió a Herman bajo su protección donde fué educado con bondad y compasión.
Herman demostró ser brillante, y a pesar de sus abrumadoras limitaciones físicas, estudió y escribió sobre astronomía, teología, matemáticas,historia, poesía, Arabe,Griego y Latín. Construyó instrumentos musicales y equipo astronómico. Más adelante, Herman quedó ciego teniendo que abandonar sus escritos , académicos,pero fué el poeta religioso más famoso de su época. Su obra sigue siendo fundamental en algunas de nuestras Oraciones Católicas más preciadas. Herman fué el autor del Salve Regina, que forma parte del Rosario y del Alma Redemptoris Mater, un famoso canto Gregoriano.
¿Sabían sus amorosos padres que su hijo llegaría a ser conocido como el Beato Herman el Lisiado, que sus contribuciones serían veneradas a lo largo del resto de la historia de la humanidad?
Qué crees que haría una pareja Estadounidense en la actualidad? Confiarían en la sabiduria y la providencia de Dios, o se dejarían arrastrar por el miedo a lo desconocido, asi como a las presiones culturales y de la ciencia moderna para “seleccionar” solo bebés que cumplen con los estándar de normalidad o excepcionalidad? El Beato Herman el Lisiado no era normal; aprendamos de ello y agradezcamos su bondad.
Sagradas Escrituras: Leer Jeremías 1:5. Que sobresale?
Llamado a la acción: Apoyar y animar a las parejas jóvenes a acoger el don divino de los hijos para que sus excepciones sean valoradas durante los próximos mil años.
Beato Herman el Lisiado, ruega por nuestras familias.


